El Inter de Milán quiere ir encontrando poco a poco el sendero correcto de cara a disparar sus aspiraciones para alcanzar cotas elevadas a lo largo de la presente temporada. Después de quedarse con ganas de mucho más en el desenlace del curso anterior tanto en el Scudetto como en la Liga de Campeones, la escuadra lombarda confiaba en recuperar esa versión diferencial para volver a ser uno de los equipos más punteros en Europa.
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Acabada la etapa de Simone Inzaghi, técnico que ha aceptado el reto XXL del Al-Hilal en Arabia Saudí, los transalpinos han optado por el perfil de Cristian Chivu. Un entrenador que tendrá bastante trabajo por delante en este transatlántico del Viejo Continente, especialmente con la intención de ir logrando las metas que se va a ir proponiendo. Por lo que respecta a la sesión sabatina del 4 de octubre, recibía la visita de la Cremonese.
Las tropas comandadas por Davide Nicola asumían la complejidad del desafío que tenían por delante, aunque confiaban en ofrecer una imagen muy sólida en el Giuseppe Meazza. Dicho lo cual, la parroquia del Inter pretendía llevar en volandas a los suyos con el objetivo de sumar un triunfo de oro. El duelo apenas tendría historia, ya que el Inter sería muy superior con los zarpazos de Lautaro Martínez, Ange-Yoan Bonny, Federico Dimarco y Nicolò Barella. Pese a que Federico Bonazzoli maquillaría el resultado, los nerazzurri reinarían con claridad.
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