La asignatura pendiente de Antonio Conte
Antonio Conte es uno de los entrenadores más laureados del mundo y ha tenido éxito allá dónde ha estado, pero aún le queda una asignatura pendiente que no es otra que ganar la Champions League.

Corren buenos tiempos en Nápoles para los seguidores más jóvenes. habiendo ganado dos Scudetti en apenas cuatro años, pero ni siquiera ellos han vislumbrado aún el gran hito que le falta por celebrar a su hinchada, el de levantar la Champions League. Curiosamente, también es la asignatura pendiente de un Antonio Conte que desde que llegara al sur de Italia ha justificado la elección de Di Laurentiis con resultados.
De aquel equipo de Spalleti que lograra ganar la liga tras más de 30 años de historia ya poco queda, y es que el desgaste propiciado en el año de transición entre ambos títulos derivó en la posterior salida de sus dos grandes estrella: Victor Osimhen rumbo al Galatasaray y Khvicha Kvaratskhelia aterrizando en el Paris St Germain, lugar en el que sí sería campeón de Europa.
Antonio Conte no quiso a ninguno de los dos y cuando Osimhen intentó tensar la cuerda para sacar el mejor contrato posible, le respondió que ya sabía donde estaba la puerta, confiando la tarea del gol a su viejo socio, Romelu Lukaku. En el caso del georgiano, quizá tuvo que ver algo más la directiva de la entidad napolitana, pero las constantes declaraciones de su agente especulando con un traspaso tampoco terminaban de agradar a Antonio.
El preparador de Lecce prefirió centrarse en construir un sistema en el que un jugador residual del Manchester United pasaría a ser el nuevo ídolo de los tiffosi. Scott Mctominay, que más allá de distinguirse por apariciones en el clutch no había hecho nada importante en su carrera, sumó una cuota de gol impropia de un mediapunta anotando X dianas y se llevó el MVP de la Serie A.
Habiendo levantado el campeonato transalpino, Antonio Conte tenía este verano el poder negociador en la batalla con Di Laurentiis y comenzó lanzándole un órdago al productor de cine en forma de fichajes, o los había y muy buenos, o no se le podía exigir el competir por títulos. Aurelio, hombre bravo como él solo, lo asumió con todas las de la ley y le ha fichado a Kevin de Bruyne, Noa Lang o Lorenzo Lucca.
Esa Champions League persigue a Conte desde sus tiempos en la Juventus, cuando perdió la final de 2015 contra el Barça de Messi, Neymar y Luis Suárez. En el Chelsea no pudo replicar en el viejo continente las excelentes prestaciones que dejó en la liga que ganó (con Diego Costa a un nivel sobresaliente) y en el Tottenham directamente nunca aspiró en realidad a acercarse a una final. Conte, este año, espera aprobar su asignatura pendiente.
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