¿Es este el resurgir del Everton?

El Everton tiene ante sí en esta temporada 2025-2025 una de las más ilusionantes de los últimos tiempos en la ribera del río Mersey. Tras unas obras que, como todas, amenazaron con complicarse, ya han estrenado su espectacular nuevo estadio en el que la afición tiene como reto crear un clima de fútbol no muy diferente del que se sentía en Goodison Park hasta la fecha.

Asimismo, la directiva ha continuado por la línea de sembrar el optimismo en la hinchada al conseguir incorporar fichajes de renombre, probablemente fuera del marco competitivo actual del equipo, como son Jack Grealish, jugador clave en el Manchester City campeón de Champions hace dos temporadas, o Thierno Barry, uno de los delanteros más prometedores de la liga española que tenía ofertas de media Europa para poder seguir desarrollándose en la élite.

Moyes es su hombre

Si bien estas incorporaciones y el nuevo recinto causan furor, el factor que realmente ha hecho conectar al fan con la esencia del club ha sido la recuperación de David Moyes como técnico. El escocés representa el tipo de fútbol que hace vibrar a los Toffees, basado en el juego directo el compromiso de cada uno de sus activos sobre el césped para dar lo máximo por la camiseta azul, como ya ocurriera hace más de una década, cuando les llevó a clasificarse para competiciones europeas.

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Lo cierto es que Moyes, viniendo de ganar la UEFA Conference League con el West Ham United, o habiendo entrenado a equipos como Manchester United, no tenía por qué complicarse su trayectoria regresando al Everton cuando estaba peleando por la permanencia en la Premier League. Si se piensa detalladamente, sólo podía salir perdiendo de esa decisión, pero su amor por la entidad le hizo regresar, salvarles y encadenar una racha de victorias tremenda que implicó que se ampliará la confianza en él.

En el Everton se cree que realmente este año se puede competir contra los clubes del 'big six’ gracias al calado del discurso de David en el entorno blue. Cabe recordar que la exigencia dentro de esa afición es enorme y para ello suponía una humillación tener que estar luchando por mantener la categoría cuando su rival ciudadano, mientras tanto, volvía a levantar el título liguero.