Javi Guerra da el paso más esperado
El canterano del Valencia ha vuelto a mostrar su mejor nivel bajo el mando de Carlos Corberán y varios grandes de Europa le tienen en su lista de deseados para el próximo mercado de verano.

No es nada fácil irrumpir en la élite con la fuerza con la que lo hizo Javi Guerra en la temporada 2023-2024, y mucho menos en un contexto tan difícil como era el de Mestalla, en el que un grande del fútbol español parecía que navegaba a la deriva hacia segunda división.
Sin embargo, el por entonces entrenador, confió en uno de los mayores activos históricos de la historia valencianista, la factoría de Paterna, y apoyado por una camada de jóvenes que sentía el escudo como propio, se consiguió salvar para ahuyentar los fantasmas del descenso un año más.
Justo cuando empezaron a aparecer de nuevo este curso, tras unos primeros meses muy por debajo de su nivel (en consonancia con la línea del equipo), Javi Guerra volvió a mostrar que a nada que el ecosistema potencie sus virtudes, él se encarga de poner el resto, y así ha sido en la etapa de Carlos Corberán, cuyo rendimiento le ha valido para volver a ser pretendido por varios tiburones del mercado.
Su futuro pasa por Madrid
A Xabi Alonso siempre le ha gustado Javi, de hecho le llegó a pedir para el Leverkusen, y con las restructuración que afronta el Real Madrid este próximo verano, se ha reportado en los últimos días que el Bernabéu podría ser el próximo destino de un interior que apunto estuvo de firmar por el club vecino el pasado agosto.
Tanto fue así que llegó a viajar a la capital de España para estampar su sello en el contrato que le unía con el Atlético de Madrid, pero a última hora los colchoneros prefirieron invertir más de 40 millones de euros en Connor Gallagher y la operación se acabó cayendo. No obstante, en el entorno rojiblanco le siguen viendo como una posibilidad para apuntalar un centro del campo al que Saúl Ñíguez no va a volver.
En esta edición de la liga española acumula seis contribuciones de gol (3 goles y 3 asistencias), pero ya no solo es valorado por el vínculo con el gol que exhibió en su irrupción, sino por la capacidad que tiene para romper líneas conduciendo el balón, saltándose varias alturas en la construcción de juego con su mera habilidad.
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