La victoria del FC Barcelona anoche ante el Real Mallorca puso de manifiesto una vez más la gran importancia que van adquiriendo en la plantilla de Xavi Hernández. El golazo de Lamine Yamal fue decisivo pero prácticamente a su nivel el gran rendimiento del joven Pau Cubarsí añade otro motivo más para la ilusión en el club.
En mitad de una complicada crisis económica que tardará en solventarse, con la viabilidad del club en entredicho y un complicado proceso judicial a la vista, el FC Barcelona no ha encontrado muchos motivos para sonreír esta temporada. Los resultados deportivos no han acompañado tampoco demasiado para aliviar esa carga.
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Se necersita además nuevo entrenador para el curso que viene ante la anunciada salida de un Xavi Hernández que anoche reiteraba que su decisión ha impulsado la plantilla. Se sugieren ventas importantes además para cuadrar cuentas. Pero siempre hay esperanza para seguir avanzando.
Dos joyas para soñar
Y es que en el club tienen ahora mismo dos motivos de peso para seguir soñando y mantener el rumbo. El primero es Lamine Yamal, el joven de apenas 16 años que es ahora mismo el gran revulsivo en ataque de una escuadra catalana para la que anoche marcaba un golazo decisivo. Pero es que su temporada está siendo descomunal para su edad, porque ha derribado con fuerza la puerta de la titularidad.
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Algo más tarde apareció en el equipo Pau Cubarsí. El joven central de 17 años ha dado una gran salida de balón en la construcción pero además de eso se ha mostrado tremendamente sólido en defensa, batallando anoche contra dos delanteros sumamente incómodos como Vedat Muriqi y Cyle Larin. Expeditivo, rápido al corte, bien en las anticipaciones… un central con galones que también es menor de edad y que sostuvo anoche al equipo para encadenar el tercer partido consecutivo sin encajar.
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