Europa League | El Real Betis se obliga a remontar ante un combativo Celtic

Por Juan C. Navarro
3 min.
Juanmi celebra un gol junto a Borja Iglesias @Maxppp

Primer paso al frente del Real Betis en la Europa League. Los verdiblancos, que se vieron sorprendidos por el Celtic en los primeros 25 minutos, reaccionaron a tiempo y acabaron levantando un partido que se les había puesto muy en contra con un 0-2. Juanmi, en dos ocasiones, Juan Miranda y Borja Iglesias firmaron los tantos de la victoria.

Muchas veces, el fútbol es más una cuestión de actitud que de cualquier otra cosa, de actuar con intensidad, de dejar los complejos en el vestuario y encarar el choque con la mentalidad de que, de entrada, nada está escrito. No es una fórmula mágica, pero ayuda. Que se lo digan al Celtic.

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Los escoceses saltaron al campo dispuestos a vivir en campo rival y a pelear cada balón como si fuera el último. Obviaron sus limitaciones y se lanzaron a la carga con valentía. Aplicaron velocidad en ataque y contundencia en defensa... Y a los 25 minutos ya ganaban por 0-2.

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Fue entonces cuando el Real Betis cambió la suya. Su actitud. Dispersos y flojos hasta entonces, los andaluces prendieron la llama y empataron el encuentro en los siguientes 10 minutos. Con la misma fórmula: intensidad, verticalidad, velocidad, compromiso... El fútbol de toda la vida, vaya.

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Equilibrado el choque, llegó el momento de tomarse un respiro, porque jugar así durante mucho tiempo, con la aguja del cuentarrevoluciones a punto de pasarse de rosca, es sencillamente imposible. Hasta el descanso, en consecuencia, el partido se siguió moviendo a buen ritmo, pero ya sin ese punto de locura que había posibilitado el 2-2. Los goles, por cierto, llevaron la firma de Albian Ajeti y Josip Juranovic (de penalti) por parte del Celtic, y de Juan Miranda y Juanmi por la del Betis.

Lección aprendida

Los verdiblancos, que habían aprendido la lección -tal vez se pueda aplicar aquel terrible dicho de "la letra con sangre entra"-, abordaron la segunda parte con una actitud muy distinta. Aunque los escoceses trataron de repetir estrategia, su fórmula ya no pilló desprevenido a un rival que cerró espacios con disciplina y que en cuanto se hizo con el esférico aprovechó su superioridad técnica para dejar el choque visto para sentencia.

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Porque si a una buena actitud le añadimos las dosis oportuna de concentración y talento, el recorrido hasta la victoria se reduce de forma drástica. En solo dos minutos, los comprendidos entre el 51 y el 53, la suma del buen hacer colectivo, el refinamiento de Sergio Canales, la pegada de Borja Iglesias y la chispa de Juanmi situó el marcador en un 4-2 casi casi definitivo.

Desde el cuarto tanto hasta el final, los de Manuel Pellegrini, ya sí, pudieron apostar por la pausa y el control. Eso sí, dado que los visitantes no se resignaron, el partido alcanzó los minutos finales con más tensión de la esperada. De hecho, a falta de cuatro para el pitido final, Anthony Ralston conectó un cabezazo en área pequeña y subió el 4-3 al luminoso. Lo que prometía ser un plácido final se transformó en un periodo de cierta incertidumbre que, afortunadamente para los béticos, no se tradujo en ocasiones de peligro.

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El marcador final refleja, ni más ni menos, lo que pasa cuando encaras el partido sin la actitud correcta: que te obligas a un sobresfuerzo y a un innecesario sofoco. La distancia que separa a Real Betis y Celtic en términos técnicos y de calidad es clara, pero en el fútbol, por suerte, entran en juego más factores. ¿Lección aprendida?

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