Xabi Alonso sobre la presión: "Lo estoy disfrutando"

En la rueda de prensa previa al crucial encuentro de LaLiga que medirá mañana al Real Madrid con el Villarreal en el Santiago Bernabéu, Xabi Alonso se mostró consciente de la importancia de un partido que enfrenta a dos equipos en plena pelea por los puestos altos de la tabla. Los blancos, segundos clasificados, buscan recuperar el liderato ante un Villarreal tercero y en racha, en un partido de alta tensión que promete espectáculo. Alonso, fiel a su estilo pausado, enfatizó la necesidad de un alto nivel colectivo e individual para imponerse a un rival en forma, recordando que "volvemos a jugar en casa contra un equipo que llega con buen fútbol, y deberemos dar un gran nivel". Sin entrar en detalles tácticos, dejó claro que el foco está en la preparación y en la vuelta a la dinámica victoriosa tras los altibajos iniciales de la temporada.

Sobre la gestión de los internacionales, que regresan tras sus compromisos con las selecciones, Alonso explicó que el proceso es fluido y colaborativo: "Normalmente son los jugadores los que transmiten la información, pero tenemos la puerta abierta a los seleccionadores. Si hay alguno que llega con molestias, se controlan las cargas". Buenas noticias para los madridistas es el estado de Fede Valverde, quien "está preparado para mañana, bien y listo para contribuir". El técnico vasco también abordó la rotación en la portería, destacando la preparación constante de Andriy Lunin: "Debe estar siempre listo, porque siempre puede haber alguna contingencia. Tenemos un gran portero con Thibaut, pero Andriy también lo es. En diciembre, con la Copa, veremos qué decisión tomamos, pero él se siente preparado y lo está". Esta filosofía de vigilancia y equilibrio define el día a día en Valdebebas.

Un desafío

En cuanto a las individualidades, Alonso desmintió cualquier alivio por la ausencia de Jude Bellingham con Inglaterra: "Alivio no, es cuestión de tiempo que vuelva, lo hará en la siguiente. Jude está mejor de la lesión, con ganas de sumar y aportar. Es cuestión de tiempo que llegue a su mejor nivel". Sobre la alineación, el entrenador es tajante: "A la hora de alinear a un futbolista, nadie me ha dicho nunca que no quiere jugar en una posición. Todos quieren jugar, con muy buena predisposición, y a partir de ahí, yo seré quien decida. Que quede claro". Incluso en detalles como el rondo de calentamiento, ve oportunidades: "No me molesta que algún jugador no participe; es algo que nos gusta, porque hay que estar preparados para cualquier cosa. Quiero que todos participen".

Alonso, que ha navegado por los vaivenes de la temporada como la derrota en el Metropolitano, sacó lecciones de equilibrio emocional: "Ni hay que estar muy altos en la victoria, ni muy bajos en las derrotas. Cuanto más equilibrados estemos, mejor llevaremos todo y más eficaces seremos en el rendimiento. Esto pasaba, pasa y pasará en cualquier club. No lo olvidamos, pero no nos quedamos enganchados". Respecto a su autoridad, no percibe cuestionamientos: "Pasamos mucho tiempo juntos, preparando partidos y celebrando victorias, y eso nos hace estar cerca. Siempre he notado esa proximidad en los jugadores, sabiendo lo que me toca, pero respetándonos. Y eso es fundamental para mí". Preocupado por el foco mediático en nombres propios, apuntó: "Tenemos la suerte de poder pasar mucho tiempo juntos y tengo la sensación de que el equipo se va reforzando. Que todos son importantes. Puede que alguno se espere jugar y no lo haga, pero es normal; hay que naturalizarlo. Debemos convivir, saber que va a volver a pasar".

Finalmente, sobre la presión de dirigir al Real Madrid, Alonso comparó su rol actual con el de jugador: "No tiene nada que ver. Ser entrenador es más demandante en algunas cosas y jugador, en otras. Ahora me toca esto y lo estoy disfrutando". A la afición, le pide poco: "No pido nada, tenemos que ser nosotros los que demos. Vamos a intentar ganar siendo proactivos, de la manera que pretendemos". Con este planteamiento, el Real Madrid afronta un duelo que podría redefinir la lucha por el título, con un Xabi Alonso que, más que promesas, ofrece estabilidad en tiempos de exigencia máxima.