Europa League | El Sevilla entra en octavos por la puerta de atrás

Aunque seguramente a estas alturas les gustaría estar codeándose con los mejores equipos del continente en la Champions League, los aficionados del Sevilla tienen motivos para mirar al futuro con ilusión. Su equipo ha entrado con más o menos buen pie en la Europa League y ya ha garantizado su presencia en los octavos de una competición con la que mantiene un idilio muy especial.

El acceso a la siguiente ronda de la segunda competición continental quedó sellado en un partido claramente mediatizado por el 3-1 de la ida. Y es que, pese a partir con un once cargado de titulares, el cuadro andaluz se tomó el duelo con mucha calma, con la idea de dejar hacer al Dinamo Zagreb y esperar su oportunidad para salir al ataque.

Tras una primera media hora en la que los locales lograron llevar el mando y generaron cierta sensación de peligro, el choque se estancó considerablemente en el tramo final y alcanzó el ecuador sin apenas ninguna acción que reseñar. El Sevilla parecía cómodo con el guion establecido y el Dinamo, pese a sus buenas intenciones, no terminaba de encontrar la forma de incomodar de verdad a Bono.

Más complicaciones de las desesadas

El segundo acto arrancó con una mala noticia para los hispalenses, la lesión de Diego Carlos. El brasileño, que se había marchado del terreno de juego instantes antes del final del primer periodo, fue suplido por Thomas Delaney, aunque fue el también canarinho Fernando quien retrasó su posición para hacer pareja junto a Jules Koundé. Además, Julen Lopetegui aprovechó la ocasión para dar entrada a Jesús Navas por el argentino Gonzalo Montiel.

Consciente de que un tanto del Dinamo podía generarle un innecesario dolor de cabeza, el Sevilla optó por dar un paso al frente. El problema es que, cuando comenzaba a dominar por completo el choque, en una de sus escasas apariciones ofensivas, los balcánicos rascaron un penalti por mano de Marcos Acuña y sumaron ese gol que tanto deseaban evitar los visitantes. Mislav Orsic, con un sensacional disparo a media altura, fue el encargado de subir el 1-0 al marcador (65').

Como cabía esperar, el Dinamo se envalentonó tras el gol. Sin nada que perder, los croatas se lanzaron al ataque en busca de un segundo tanto que igualase la eliminatoria. De repente, un partido que parecía controlado se situó al filo y el Sevilla se condenó a vivir un angustioso final que, afortunadamente, se quedó solo en eso, en un susto. Gracias al 3-1 de la ida, la derrota quedará como una anécdota y los de Nervión podrán seguir en la pelea por su competición fetiche.