El mayor reto de Virgil van Dijk

El Liverpool ha firmado una temporada sobresaliente, levantando la Premier League sin apenas oposición de un Arsenal que se cayó de la carrera en el tramo final de curso, y siendo eliminado de la Champions League únicamente por el campeón y en la tanda de penaltis, por lo que los ajustes en verano deben ser quirúrgicos para no trastocar la base de un sistema que funciona.

La pareja de centrales de Arne Slot le permite ejecutar su juego a la perfección, ya que van Dijk y Konaté son dos defensores a los que les encanta anticipar y se sienta incómodos corriendo a campo abierto antes delanteros rápidos debido a su poderosa zancada, pero el hecho de poder perder a uno de ellos, como se está especulando en la prensa en los últimos días, tras tocaría los planes del técnico neerlandés en exceso.

Pese a lo que se pudiera rumorear durante la campaña pasada, no se trata de van Dijk, que renovó su vínculo con los reds, sino de Ibrahima Konaté, que tan solo tiene contrato hasta 2026 y en las últimas semanas se le ha ofrecido su fichaje tanto el Barcelona como al Real Madrid, aunque no parece que se vaya a acometer próximamente.

Konaté, más fuera que dentro

Justo cuando, tras tiempo esperando, le llega al francés la posibilidad de ser titular indiscutible en Anfield debido a la retirada de Joel Matip, se le coloca fuera del club y es que ante la posibilidad de dejarle ir el próximo verano sin ingresar nada, el Liverpool se reserva la opción de venderle en este mercado y sacar algo de tajada para reforzar una posición en la que su proyecto de futuro, Jarrett Quansah, se ha marchado al Leverkusen.

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En circunstancias normales, el traspaso del joven inglés al exequipo de Xabi Alonso, podría ser un movimiento que pasará desapercibido, pero ante la escasez del Liverpool en el centro de la zaga, pese haber ingresado más de treinta millones de euros, es un fuerte contratiempo, porque le obliga a acudir al mercado en busca de hasta dos o tres zagueros si quiere tener un fondo de plantilla amplio.

Ya sea con Konaté, o con cualquiera de los centrales que se incorpore, el Liverpool se agarra a la experiencia y el buen hacer de van Dijk en una defensa que había uno de julio no se parece en nada a la que empiece la Premier League dentro de un mes, con la inestabilidad que eso provoca en un equipo cuya columna vertebral se establece desde la portería hasta la delantera con los centrales como piezas claves.