El talentoso futbolista, en calidad de cedido por el Real Madrid, tampoco está logrando recuperar la confianza en su regreso al cuadro londinense.
Gareth Bale (31 años) está sufriendo un lento descenso hacia los infiernos. Después de haber sido una pieza esencial para Zinedine Zidane en el Real Madrid, especialmente durante la consecución de las tres Champions consecutivas (2016-2018), el extremo no logró ganarse de nuevo la confianza del galo tras su regreso a Concha Espina. Por tanto, apenas disfrutó de protagonismo durante el curso 2019-2020.
Así las cosas, el internacional con Gales acabaría tomando la decisión de poner rumbo al Tottenham Hotspur en calidad de cedido a lo largo de la pasada sesión estival del mercado, por lo que se pondría a las órdenes de José Mourinho en la capital británica. De esta manera, confiaba en dejar a un lado de una vez por todas la lacra de las lesiones a partir de su vuelta a la siempre representativa Premier League.
Una travesía por el desierto
Pese a ello, de acuerdo a lo que aparece publicado en el diario As, el panorama no está siendo demasiado halagüeño para Bale en Londres, propiciando con ello la resignación de un Mourinho que casi ha dado por perdido a Gareth. En teoría, a no ser que se produzca un giro radical de los acontecimientos, los Spurs no realizarán el esfuerzo monetario de obtener el pase en propiedad del de Cardiff.
Bale continúa inmerso en un auténtico pozo sin fondo como consecuencia de sus continuos problemas físicos, una cuestión que, unida a una actitud que Mourinho considera poco profesional, ha provocado que el ex de FC Barcelona, Real Madrid o Inter de Milán haya perdido la paciencia. En resumidas cuentas, la situación sigue siendo bastante delicada para un ariete que no consigue remontar el vuelo, ni levantar cabeza.
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