Europa League | El Stuttgart amarga el debut de un insulso Celta

Nueve años después de quedarse a un paso de disputar la final de la Europa League (cayó ante el Manchester United en semifinales), el Celta de Vigo regresaba hoy a la segunda competición continental. Los gallegos viajaban hasta tierras alemanas con el objetivo de competir a su mejor nivel y alimentar el siempre gozoso sueño europeo.

Aunque en los primeros instantes del duelo cometió un par de errores en la salida del balón que permitieron a Iago Aspas rozar el 0-1, el Stuttgart se sobrepuso pronto y, gracias a su excelente presión hombre a hombre, logró maniatar a un cuadro olívico que, durante los primeros 20 minutos, se dedicó a achicar agua y defenderse de las constantes acometidas locales.

Tras sobrevivir a esta fase de ímpetu local, el combinado gallego comenzó a asomar poco a poco la cabeza y a fuerza de buscar posesiones más largas, logró devolver un cierto equilibrio al encuentro. Eso sí, hasta el descanso, fue de nuevo el conjunto alemán quien dispuso de las mejores ocasiones, aunque todas sus acometidas se toparon con un entonado Ionut Radu que tiró de colocación y reflejos para mantener su portería a cero.

El Stuttgart encuentra el merecido premio

El segundo acto arrancó más o menos como el primero, con Die Schwaben presionando y mandando y con un Celta decidido a esperar su oportunidad. El problema es que, a diferencia de lo ocurrido en el tiempo inicial, en su casi primer acercamiento peligroso, el cuadro local dio en la diana (51'). El tanto fue una oda a la sencillez: Alexander Nübel lanza un balón largo, Badredine Bouanani gana la espalda y la carrera a Marcos Alonso y con un toque sutil supera por alto a Radu.

Lejos de reaccionar, el equipo celeste quedó bastante tocado tras el gol. Ni siquiera un triple cambio de Claudio Giráldez logró revitalizar a un equipo dominado por una extraña desidia que, como podía olerse a kilómetros de distancia, acabó pagando su inexplicable actitud con un segundo tanto. En el 68, tras un saque de esquina, Bilal El Khannous recibíó completamente solo en el pico del área, avanzo con tranquilidad por la línea y soltó un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer Radu.

Aunque el choque parecía visto para sentencia, a falta de cuatro para el final, la defensa local cometió un error en zona peligrosa y Borja Iglesias aprovechó el regalo para recortar distancias. Fue, en cualquier caso, el único chispazo de un conjunto vigués que no había hecho méritos ni para llevarse un empate y que, con todo merecimiento, acabó cosechando una derrota que debería servirle como lección para futuros duelos.