¡Pánico en el PSG!
Pese a que los resultados están siendo muy notables desde el inicio de curso, en el seno del campeón de Europa hay un creciente temor que se está extendiendo desde hace semanas.

El vestuario del Paris Saint-Germain se encuentra sumido en una auténtica psicosis colectiva ante la avalancha de problemas físicos que azotan al campeón de Europa. Jugadores clave como João Neves, Désiré Doué, Fabián Ruiz, Marquinhos, Ousmane Dembélé, Khvicha Kvaratskhelia y Vitinha están ausentes o en duda de cara al crucial duelo de Liga de Campeones contra el FC Barcelona este miércoles por la noche. De tal modo, Luis Enrique se ve obligado a improvisar con un equipo diezmado.
Mientras se espera que algunos elementos, como Neves y Ruiz, puedan recuperarse a tiempo para este choque europeo, el técnico asturiano debe recurrir a parches y soluciones de emergencia. El diario L’Équipe ha desvelado detalles sobre el clima interno en París, donde el miedo a lesionarse se ha convertido en una obsesión para muchos futbolistas. Esta atmósfera de incertidumbre no solo complica la preparación táctica, sino que también pone a prueba la resiliencia mental del grupo en un momento tan delicado de la temporada.
Desde el arranque de la campaña, los jugadores del PSG han vivido con un temor constante a las lesiones, sobre todo las musculares, que han sido el talón de Aquiles del equipo. Ya en el primer partido oficial, la Supercopa de Europa contra el Tottenham, se evidenció esta vulnerabilidad, con varios casos que marcaron el tono de lo que vendría después. El vestuario sabe que el calendario infernal, con partidos encadenados sin respiro, multiplica los riesgos, y la preparación estival recortada por el Mundial de Clubes ha dejado secuelas evidentes en la condición física de la plantilla.
Temor creciente
A esta presión competitiva se suma el horizonte del Mundial a final de temporada, un evento que muchos parisinos ansían disputar y que les hace extremadamente cautelosos. Los futbolistas son conscientes de que forzar el físico en este contexto podría costarles caro, no solo en el club, sino en sus aspiraciones internacionales. Esta preocupación colectiva ha generado un ambiente de alerta máxima, donde cada entrenamiento se vive con la mirada puesta en el menor signo de molestia.
Luis Enrique y su cuerpo técnico están plenamente al tanto de estas inquietudes crecientes y han adoptado una postura de escucha activa hacia los jugadores. A diferencia de enfoques más autoritarios del pasado, el mantra actual es no presionar y respetar las sensaciones individuales de cada uno, priorizando la salud a largo plazo sobre resultados inmediatos. Esta sensibilidad ha ayudado a mitigar algo el pánico, pero no ha evitado que la epidemia de lesiones cree un fatalismo palpable en el vestuario, según revela L’Équipe.
En respuesta a esta crisis, el staff médico y psicológico del PSG trabaja intensamente en el aspecto mental para exorcizar estos demonios. Sesiones de motivación, análisis de cargas de trabajo y ajustes personalizados en los planes de recuperación son ahora el pan de cada día.
Más información