Obligado por las lesiones que asedian a sus zagueros, el técnico francés ha emprendido la búsqueda de un nuevo defensa que cierre la brecha defensiva por la que podría desangrarse el cuadro londinense.
La defensa del Arsenal se resquebraja. En verano, el club londinense permitió la fuga de Philippe Senderos, William Gallas, Mikael Silvestre y Sol Campbell; pocas semanas después cayó lesionado el belga Thomas Vermaelen, y el pasado 8 de enero, en partido de FA Cup, el galo Sebastien Squillaci también terminó el encuentro con diversas molestias físicas.
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Esta situación ha dejado a Arsene Wenger con solo dos centrales natos, el suizo Johan Djourou y el francés Laurent Koscielny. Ambos futbolistas cuentan con notables cualidades, pero aún carecen de la experiencia necesaria para sustentar a un equipo que pelea por títulos tan importantes como la Premier League o la Champions League.
Por ese motivo, el técnico de los gunners ya habría solicitado a la directiva que inicie las gestiones oportunas para cerrar el fichaje de un nuevo zaguero.
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Y su lista de prioridades estaría compuesta, según el Daily Mirror, por tres notables futbolistas: los británicos Gary Cahill (25, Bolton) y Phil Jagielka (28, Everton), y el alemán Per Mertesacker (26, Werder Bremen).
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