¡Sorprendente alternativa para el banquillo del Manchester United!

Ser entrenador del Manchester United implica que tu nombre esté en la prensa semana sí y semana también dada la realidad que vive uno de los equipos más grandes de Inglaterra. El curso pasado no fue capaz de clasificarse para competiciones europeas y encima perdió la final de la UEFA Europa League contra el Tottenham, por lo que en esta campaña se esperaba que se centrara en la Premier League, pero no acaba de arrancar.

Rubén Amorim llegó el pasado mercado de invierno con el objetivo de hacer una limpieza en el vestuario para elaborar un bloque sólido y comprometido en el que los comportamientos fuera del campo no desviaran n la atención del césped. Para completar esa misión, este verano elaboró una lista de jugadores con los que no contaba entre los que estaban Marcus Rashford, Jadon Sancho o Alejandro Garnacho.

Desde la directiva, la apuesta por el entrenador portugués fue fuerte y le apoyaron dando salida a todos ellos, así como en cuanto a las llegadas, realizando una inversión considerable, sobre en la delantera, para la cual llegaron refuerzos como Benjamin Sesko, Matheus Cunha o B ryan Mbeumo, además de otros para la portería como Senne Lammens, petición expresa suya.

Ya no hay excusa

Si bien en la 2024-2025, al haber llegado en enero, se le daba el margen de la duda por no haber tenido un periodo de fichajes en el que elaborar la plantilla a su antojo, Ruben ya ha podido dar las pinceladas que consideraba necesarias y los malos resultados que se están produciendo actualmente no se pueden explicar por que no haya sido él el encargado de confeccionar su plantel.

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Cada vez que pierde el Manchester United una ristra de entrenadores son vinculados con el banquillo de Old Trafford y aunque Amorim asegura tener cuerda para rato, nombres como el de Roberto de Zerbi, que ha cuajado un gran inicio en el Marsella, suenan para sustituirle si la situación no mejora, tal y como ha informado el periodista especializado en fichajes, Graeme Bailey.

Lo cierto es que el preparador italiano, desde sus comienzos en el Sassuolo, ha demostrado ser diferente a la gran mayoría de sus homólogos. Su apuesta atrevida implica realizar un fútbol ofensivo en el que se asumen fallos en salida de balón como naturales, y en el que los marcadores abultados son una constante, una visión del fútbol contraria a la de Amorim, desde luego.